miércoles, 27 de enero de 2010

LXXIX - Brillar

Isla de Quel'Danas

El escudo hace su función. Pronto lo dejaré a un lado para retomar las armas de dos manos, pero ahora me hace falta. En los restos de la Cicatriz Muerta, mientras los alzados de la Plaga se estrellan contra el pavés de metal resonante, la Luz destella a mi alrededor y los muertos vuelven a estar muertos. Y el brujo golpea al enorme demonio, el Señor del Foso, con una lluvia de sombra y fuego.

- Azh'ak sherath... - los murmullos en Eredun me hieren los oídos, sus invocaciones son más molestas últimamente. Yo me acerco más a la Luz, él camina adentrándose en la Sombra, y cada vez parecemos alejarnos más, al tiempo que nos acercamos, en una fluctuación extraña.
- Ven aquí detrás! - le grito, avanzando hacia él. Los malditos muertos se mueven a mi alrededor.

Soy un foco de Luz en esta herida de tinieblas, y estoy abatiendo enemigos, sanando a un brujo y tratando de interponerme entre él y la enorme mole demoníaca que levanta las garras, rugiendo, exhalando una humareda turbia y maloliente por los ollares. Joder. ¿Por qué coño no inventan armaduras de placas para los convocadores?. Mira qué pie, hostia puta, nos va a pisotear.

- A un lado! - exclama Theron. Sale corriendo con agilidad. Yo tengo que tirarme al suelo y rodar, con los zombis y las carcasas rodeándome.

El pie de la bestia cae junto a nosotros, y afortunadamente, aplasta a gran parte de los enemigos añadidos. En la isla de Quel'danas, en los restos de la Cicatriz, los no muertos y la Legión Ardiente combaten sin cesar. El Sol Devastado sobrevuela la zona, bombardeándoles a ambos. Y nadie está tan pirado como para aventurarse a pie; claro que probablemente nadie necesite llenar veinte viales de sangre de un demonio poderoso.

- Es duro, ¿eh? - jadeo, irguiéndome de nuevo y arrancándome un brazo desgajado de no-muerto que me cuelga de la hombrera.
- Más dura será la caída.

Theron sonríe con gesto cruel, los ojos glaucos destellan. Todas sus runas están encendidas, y la engañosa fragilidad de su cuerpo endeble es un canalizador tremendamente efectivo de la Sombra, que se materializa con una nueva invocación golpeando al Señor del Foso.

- Si te pica, es porque eres un mal chico, pedazo de cabrón - murmuro, mirando al monstruo. La sangre me hierve en las venas y los hechizos brotan entre mis dedos casi por instinto, con la inercia del abandono cuando mi medio se convierte en mí, cuando paso a formar parte de la tormenta sagrada, el fragor divino de la Luz que me imbuye, desciende y se inflama en mi interior.

El demonio se tambalea, rugiendo, y vuelve a atacar. Las protecciones luminosas brillan, se encienden cuando nos golpea, absorbiendo el impulso de su arremetida, y el brujo descarga la Espiral de la Muerte, parece que me van a estallar las venas cuando el exorcismo destella una vez más y el látigo divino chasquea con un haz dorado, directo al corazón de la bestia. Por un instante, los dos hechizos se enredan y caen sobre nuestro enemigo a la vez.

- Al otro lado.

Nos movemos hacia la izquierda, cuando la mole se derrumba con un estertor, entre los estallidos de los disparos aéreos y el fragor de una guerra caótica que no parece tener fin aquí.

- Ya es nuestro.

Theron sonríe y le miro de reojo cuando se relame. Los no-muertos vienen de nuevo, y me toca distraerles mientras él recoge la merienda. Consagración y Cólera Sagrada, todos cabreados, todos para mí. Me gusta, sí.

- Vamos, vamos, VAMOS, desgraciados! Aquí! - grito y rechino los dientes, golpeo y me golpean, les ataco y me atacan, y sé que no voy a caer. La Luz me guarda. Se extiende con una sinfonía musical, se dispara cuando me respalda un haz claro y puro, con alas doradas y translúcidas. Y mato, y mueren. Y está bien porque es correcto, porque es orden y retribución, y la Luz se regocija y yo con ella, exaltado y ansioso.

- Ya los tengo, Ahti!

De nuevo vuelvo la vista hacia el brujo, que agita una faltriquera tintineante. Asiento y despacho a los últimos antes de retirarnos, jadeantes y hechos mierda pero satisfechos, a un lado de la tierra corrupta. Allí nos dejamos caer, limpiándonos el rostro de sangre y sudor, mientras Theron recuenta sus viales con las manos manchadas de verde.

- ¿Suficientes? - pregunto, pugnando por recuperar la respiración.
- No está mal. Servirán, por ahora.

Arrugo el entrecejo un tanto, observándole. Seguro y tranquilo, tapa cada frasquito y los guarda de nuevo en la bolsa. No se ha abalanzado a morder al demonio, no se relame con ansiedad. Apenas prueba uno y asiente, cerciorándose de que le serán útiles, y las runas se encienden un poco más. Pero está sereno. Sereno y controlado, firme y fuerte. Lo ha hecho muy bien, y me siento orgulloso.

- Eh, brujo.

Ladea la cabeza y me mira, arquea la ceja con curiosidad al verme sonreír. Creo que hace días que no lo hacía así.

- A veces te aprieto mucho las tuercas, ¿no?
- Psé. A veces - se encoge de hombros.
- Es lo que pasa contigo.

Se reúne conmigo en el lateral, desde donde estamos contemplando la eterna batalla de los eternos enemigos. Los muertos corren de un lado a otro, los Eredar invocan en los tejados, los dracohalcones vuelan incansables.

- ¿Qué pasa conmigo?
- Tu Luz - respondo, escupiendo a un lado. He recuperado el aliento en parte.
- Mi luz? No digas tonterías, yo no tengo luz.
- Y una polla que no. La estoy viendo ahora. - me observa, perplejo, y se mira la toga - Cuando brillas, es la hostia. Cuando lo ves una vez, quieres verlo siempre. Y ahora estás brillando.

Me mira, algo confuso. Y también sonríe, le brillan los ojos y se yergue, orgulloso y complacido. Esto me lo puedo permitir. Por eso se lo digo.

Quiero verte brillar siempre, como ahora


Lo cree, porque sabe que es la verdad. Y el vínculo se estrecha y nos abraza, palmeándonos la espalda el uno al otro, una ola de gratitud fluye hacia mí y nos sacudimos la ropa, mirando alrededor.

- Ya tienes el aperitivo, vámonos al Norte. A iluminar un poco.

Y dejamos atrás la Cicatriz, con su lucha incesante, y el demonio muerto y desangrado, rumbo a nuevas batallas y a encarar lo que el tiempo nos ha de traer, sea lo que sea. Irá bien. Aunque vaya mal. Lo pienso por primera vez, y dejo que ese conocimiento inamovible se grabe en mi alma, y una parte de mí descansa con confianza, dejando escapar el aire y soltando un poco más las manos. Ahora que Theron brilla, es más fuerte y me necesita menos, ahora, yo puedo permitirme necesitarle un poco más.


*** Nota: Con esta entrada se cierra una primera parte, un ciclo pequeñito. A lo largo de estas setenta y nueve entradas no se puede incluir todo lo vivido y todo lo relatado, todo lo que se ha roleado y lo que el rol ha dejado entrever más allá de la interpretación en horas de juego... pero he intentado plasmarlo lo mejor posible, reflejar una evolución paso a paso, deteniéndome en esos pequeños peajes que son más significativos. A partir de aquí, nos internamos en la campaña de Rasganorte. Mucho queda por ver y por contar, casi un año de rol constante que espera ser hilvanado en este blog.  La Guardia, Aikku y Strelaya, Eliannor,el nacimiento de Aina Avathael, la ida y regreso de Elive/Seidre, la Cruzada Argenta, Wilwarin, Elhian, Ivaine, el Círculo de Vindicación, muchos caminos cruzados y muchas historias nacientes, otras que acaban. A partir de aquí, Rasganorte nos espera ^_^ Espero que hasta este punto hayáis disfrutado al menos la mitad de lo que yo lo hice interpretando, y ahora, escribiendo. Mañana más!! Y, esperemos, mejor. Gracias a todos los que cruzaron sus caminos hasta este punto, y gracias a estos personajes, salidos de a saber donde, que tienen a bien contarnos sus historias para que nosotros podamos contarlas. ***

3 comentarios:

  1. Precioso. Qué puedo decir? creas adicción! He disfrutado enormemente con cada una de tus entradas, y voy a seguir haciéndolo con las que vengan. Practicamente leo al ritmo que lo escribes xD, y si pudiera, me iría a tu casa a leer mientras tecleas!

    Ojalá algún día pueda tener la décima parte de tu talento ;).

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  2. Me he emocionado mucho leyendo estas dos, me había olvidado de detalles como estos y al leerlos los recuerdo de nuevo con mucho detalle, hay cosas muy exactas a como fueron. Ya se que disfrutas mucho escribiendo, pero no sabes como lo hago yo leyendo todo lo que hemos roleado, muchas gracias por estos blogs tan espectaculares >.<

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  3. Pues aqui estaremos, esperando, leyendo, aplaudiendo y compartiendo este mundo particular plagado de recuerdos y vidas vinculadas.

    Sigamos enredando los hilos del destino... y escribiendo sobre ello.

    Crowen.

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