martes, 24 de noviembre de 2009

LXII - Sueño blanco

Nada.

Sólo la nada inconsciente me envuelve. De vez en cuando la percibo, sin embargo. Una eternidad de silencio y de nada, donde el tiempo no pasa y sólo yazco. En ocasiones, despunta un recuerdo aislado que pasa, fugaz, cruzando como una estela absurda. El mar agitado. Aguas que se elevan. Un anciano de barba ondeante. El ruido del metal al desenvainar. Canciones de cuna en un idioma desconocido. Caras conocidas. Corona del Sol y árboles susurrantes que me cantan canciones repetitivas. Nunca supe de dónde salían.

Los bosques te enseñaron sus secretos, las hojas te enseñaron.


Esa canción me la sé.

Aquí no hay nada que moleste. Sueño con mis recuerdos, envuelto en los densos algodones que me apartan de una realidad que ya no sé si existe o no, reconociendo, en ocasiones, voces lejanas que se abren paso desde una frontera que no puedo alcanzar.

- ... están nerviosos - la voz de mi hermana. Hibrys. Es mi hermana, es cierto. - ¿Qué diablos ha pasado, Ahti? Mas vale que te recuperes. Verte así... no puedo verte así.

Está triste y preocupada. No sé como me está viendo. ¿Por qué no puede verme así?

Pasa el tiempo en la nada espesa. Pasan los recuerdos, desfilando lentamente. El frío contacto del agua salobre en mis pulmones anegados, una inmensidad azul y gris que ondula, partida por los haces de luz de un sol que no adivino mientras me hundo en el mar insondable. Los recuerdos del ahogado son los que más me visitan, una y otra vez, tan claros como si estuviera reviviéndolos. El mar me abraza con manos frías, se cuela bajo mi ropa, besa mis párpados y se desliza por la boca y la nariz. Tira de mí hacia el fondo, me reclama.

- No sé si me oyes. No sé si nos oyes a ninguno, pero vuelve. Vuelve.

Es Drakoon, la paladina. Ah, si. Un recuerdo suyo. Muchos recuerdos suyos, a decir verdad. La veo golpeando una puerta de madera bajo un cielo tormentoso, mas allá de un puente que se tambalea. La golpea con fuerza, casi desesperada, y el viento le agita los cabellos. Una fortaleza de piedra se levanta, alta y oscura, al pie de un acantilado, y ella deja caer los puños sobre el portón, gimiendo de frustración.

Pasa el tiempo, que no existe. Un trol me zarandea y grita "despierta, despierta", pero cuando lo hago, sigo soñando. Sueño con llanuras nevadas y una reina de cabellos encendidos, sentada sobre un tronco marchito. Su mirada es sangre coagulada, me enfrenta con rudeza, y cuando camino hacia ella mis pies se hunden en la nieve, y de nuevo algo tira de mi hacia el fondo. La nieve me traga esta vez, me cubre con sus manos de escarcha y el hielo se cierra sobre mis manos, estalla en mis pulmones.

Y el tiempo que no existe, pasa. Y recuerdo Corona del Sol. Verde y azul, la hierba alta, el lago adormecido, las casas blancas y las balconadas. Algunos pájaros se esconden entre el ramaje, trinando y revoloteando en la eterna primavera, los insectos de colores brillantes y conchas como joyas ascienden por los juncos, saludando con las antenas. Los blandones se encienden por la noche en las puertas de las casas, y las estrellas cuajan el cielo negro.

- Joder, Ahti... - la voz del mas allá - ... posponer el ataque... de aquí no se mueve nadie... lo que ha pasado... días, semanas... Nodens y los demás.

Cada vez son mas débiles. Ha habido otras que han resonado en mi sueño blanco, pero ésta tiene un eco más fuerte, más intenso. Llega clara y se entreteje en la inconsciencia, haciendo que me remueva por dentro. Aquí, donde nada molesta.

Pasa el tiempo que no existe, y esa voz es la constante. Incansable, no deja de hablarme, de abrirse paso a través de las fronteras. Y cuanto más la escucho, más clara me suena, más cerca parece. Aunque no entienda lo que dice.

- Nos reunimos con Lauryn, Hibrys y yo. Nadie parece dispuesto a hacerse cargo, ahora que tú estás así. Y Lemgedith no ha aparecido, aunque tampoco pensaba dejarlo en sus manos, la verdad.

¿Qué coño me está contando? Es Theron. Esa voz desdeñosa es la suya, no me cabe duda, pero no entiendo una mierda. Aun así, reconforta escucharle. El tiempo que no existe, pasa. Y siempre esa voz.

- ...y entonces llegó Nodens con otros dos paladines. O eso me han contado. Consiguieron sacarme esa mierda, lo que fuera, pero hicieron falta tres...
- ... tu hermana es un poco zorra...
- ... tío, debería afeitarte. Pareces un náufrago, o un mendigo. ¿Puedo intentarlo? Bueno, tampoco creo que estés en situación de golpearme o de ponerte a gruñir...
- ... Drakoon pregunta por ti. Todo el mundo está un poco desorientado ahora. Así que me he hecho cargo...
- ... aquí estoy, sentado encima tuya y contándote todo esto, como si pudieras oírme. Porque estoy seguro de que puedes hacerlo...
- ... pues este libro lo encontré en el concejo. No enseña nada que no sepa, pero está bien para pasar el rato. Cuenta algunas nociones básicas sobre el funcionamiento de las líneas ley...
- ... si te amenazo con hacer cosas horribles a tu pobre persona convaleciente, ¿despertarás? Seguro que lo harías, sólo para soltarme una hostia... ¿o no?...
- ... ahí abajo todo está lleno de imbéciles. Cada día les aguanto menos, Ahti. Una buena explosión y a la mierda todo...
- ... ¿cuando vas a despertar?...

¿Y si no me despierto nunca?
No me jodas, claro que te vas a despertar

Y de nuevo tira de mí hacia el fondo. Me arrastra, con el eco de un sollozo lejano, apartándome de él, apartándome de todo. Me arrastra...

... y mira por donde, ahora ha empezado a tocarme los cojones.

Estoy molesto, aquí donde nada molesta. Ya no es paz y recuerdos lentos. Pienso salir de aquí como sea. A mi nadie se me pitorrea, ni siquiera el coma profundo. Así que en mi inconsciencia comienzo a buscar lentamente el camino de vuelta.

1 comentario:

  1. "A mi nadie se me pitorrea, ni siquiera el coma profundo."

    Que grande es Ahti, y lo que me he reído.
    :)

    ResponderEliminar